LA VERDAD DEL DIOXIDO DE CLORO - CDS
MITOS Y VERDADES
MI OPINIÓN PERSONAL:
Desde el inicio de la pandemia, han surgido una serie de charlatanes que sin un mínimo conocimiento de ciencia y explicación científica tratan de vender productos que sin un estudio que respalde sus supuestas "bondades medicinales", pretenden embaucar a incautos con el lema "previene y cura el coronavirus" y que son vendidos en las redes sociales, tal es el caso del dióxido de cloro - CDS (Chlorine Dioxide Solution, por sus siglas en ingles) que es un boom en toda América Latina. Sin embargo, este compuesto es totalmente ineficaz contra el virus SARS-CoV-2 y peligroso para la salud, según la FDA, razón por la cual ha sido prohibido en varios países. Sobre este químico industrial, hablare al respecto.
SOLUCIÓN MINERAL MILAGROSA o DIÓXIDO DE CLORO:
A pesar de que instituciones gubernamentales de muchos países la prohíben, el producto es polémico y despierta recelo entre la comunidad sanitaria. Se conoce también como Solución Mineral Milagrosa-SMM, u otros nombres derivados, y ¿en que consiste el dióxido de cloro?: una solución al 28% de clorito de sodio en agua destilada (figura #1). Nada mas. Y se vende a partir de unos US$ 40 el kit conformado por una solución de CDS (Clorito de sodio) al 28% y un frasco con un "activador" (ácido clorhídrico o cítrico) disuelto al 4%. Sin embargo y a pesar de que existen advertencias que podría producir efectos adversos graves y ninguna institución sanitaria lo reconoce como medicamento, lo siguen usando. Tampoco está registrado como tal, por agencia de medicamentos alguna, incluida la Food and Drug Administration-FDA de Estados Unidos (Figura #2).
Figura # 1
ORIGEN DEL MITO:
En 1999 Justing Kruger y David Dunning publicaron en el Journal of Personality and Social Psychology un artículo sobre lo que desde entonces se conoce como "Efecto Dunning-Kruger"- EDK o el por que la gente opina de todo sin tener ni idea de lo que dice.
Según el estudio, existen personas con escasa habilidad o conocimiento y que sufren de un sentimiento (falso) de superioridad que las hace sentirse más competentes o inteligentes que otras más preparadas y que se explica por una incapacidad de justipreciar su propia ineptitud.
Ahora, el EDK afecta también a personas - con alguna manía paranoide, quizás, habría que preguntarle a un psiquiatra - en cuanto a la ciencia, y perfectos papanatas se ponen a denostar a los profesionales y científicos a voz en cuello por los temas más variados y se creen listos. Allí es donde nace la pseudociencia.
Por un lado existe, desde tiempos inmemoriales el sueño alquímico de desarrollar la panacea universal, el remedio único que pueda curar todas y cada una de las enfermedades. Esto viene incluso desde el mito de Asklepios, que usaba la sangre de la Medusa (llamada "pharmakon") para curar e, incluso, resucitar a los muertos. Por el otro existe la farmacología y sus subdisciplinas, que aspira a la "bala de plata", es decir, medicamentos tan específicos que ataquen solamente a las células invasoras o infecciosas y no afecten al resto.
EL PROBLEMA:
Ahora bien, hace días el MINSA, ESSALUD y Colegio Medico del Perú-CMP emitieron sendos comunicados alertando sobre el peligro de usar soluciones de clorito de sodio para diversas enfermedades que iban desde el COVID-19 hasta el autismo (que no es una enfermedad, así que mal podría curarse con un supuesto antiséptico) pasando por el sida, la diabetes y seguramente los callos, el mal aliento y el mal de amores. (Un poco de sarcasmo no cae mal).
Lo anterior es un disparate mayúsculo que se basa en la fantasía de la panacea para convencer a personas desequilibradas que necesitan rebelarse contra la autoridad y como no les da las ganas (ni anímica ni intelectualmente) para revolucionar el mundo prefieren tomar lavandina. Verdaderos héroes de teclado y del EDK.
UN ENERGÚMENO LLAMADO DONALD TRUMP:
La irresponsabilidad de las palabras del Presidente de los EEUU, causo que un centenar de estadounidenses sean internando por intoxicaciones masivas en varios estados, luego de sus polémicas declaraciones.
“Pongamos que golpeamos el cuerpo con una luz tremenda, ultravioleta o simplemente muy potente. Y supongamos que puedes meter luz en el cuerpo, a través de la piel o de alguna otra manera. Creo que vas querer probarlo. Me gustaría que hablaras con los médicos para ver si hay alguna manera de aplicar luz y calor para curar”, ha dicho el presidente estadounidense a la doctora Deborah Birx, visiblemente perpleja por las declaraciones.
Este tipo de afirmaciones sin ninguna base científica, dicha por un jefe de estado en un conferencia de prensa, y donde no cabe alguna meditación, investigación o análisis, es que induce a muchas personas a imitar o tomar como ciertas estas locas afirmaciones.
“Lo que veo es que el desinfectante, que mata [al virus] en un minuto –¡en un minuto!– igual hay una manera de hacer algo así inyectándolo en el interior, casi como una limpieza., porque como pueden ver, [el virus] penetra en los pulmones y tiene un efecto enorme. Sería interesante probarlo. Habrá que usar médicos para hacerlo, pero a mí me parece interesante”, ha añadido Trump.
ANTECEDENTES:
Hagamos un poco de historia: en 2006, Jim Humble, un ingeniero (no médico ni biólogo ni químico) publicó que gracias al principio activo de unas pastillas potabilizadoras de agua (clorito de sodio) no se enfermó de malaria y se autopublicó un libro “The Miracle Mineral Solution of the 21st Century" en el que promocionaba una cura milagrosa basada en lo que llamó suplemento mineral milagroso (MMS por sus siglas en inglés).
Jim Humble y su "piedra filosofal"
Andreas Ludwing Kalcker, la pseudociencia hecha libro
UN POCO DE HISTORIA:
El
dióxido de cloro (CAS 10049-04-4) es un agente oxidante fuerte,
bactericida, fungicida, algicida y antiséptico. Se utiliza como agente
blanqueador en la industria de la fábrica de pulpa y como desinfectante para el
suministro público de agua. Es un sustituto previsto del cloro para muchas aplicaciones porque genera menos
subproductos de cloración. El dióxido de cloro
puede usarse en formas gaseosas y líquidas, que tienen diferente importancia
toxicológica. El gas tiene relevancia como irritante de los ojos, la piel y las
vías respiratorias de los humanos y animales. El consumo de agua desinfectada
con dióxido de cloro es la ruta de exposición más común
para la población en general. No es ambientalmente persistente; se degrada
rápidamente en agua a clorito, que es tóxico y más estable. No hay evidencia de
inmunotoxicidad, toxicidad para la reproducción o carcinogenicidad del dióxido de cloro y la evidencia a favor de la
genotoxicidad es contradictoria.
Descubierto
por primera vez por Sir Humphrey Davy en 1814, el dióxido de cloro no
se produjo comercialmente hasta 1940 como agente
blanqueador para textiles, pulpa de madera, papel y harina. Se había utilizado
para tratar el agua del spa en Ostende en Bélgica a principios de 1900, pero no fue sino hasta la década de 1950 que
comenzó a usarse como un sustituto del cloro en las plantas de tratamiento de
agua (WTP) debido a que tenía un umbral de sabor mucho más alto que el cloro.
La
primera WTP de agua en usar dióxido de cloro
como reemplazo completo del cloro fue en 1956 en Bruselas
(Bélgica). El cloro también se usa para controlar la concentración de hierro,
manganeso, sulfuro de hidrógeno y compuestos fenólicos en agua cruda. El primer
uso de dióxido de cloro en una WTP fue para la oxidación de
fenol en las Niagara Falls WTP en el estado de Nueva York en 1944. También se descubrió que puede oxidar los sabores
y olores en el agua potable causados por
clorofenoles y algas, por lo que sus aplicaciones anteriores fueron como un
paso previo al tratamiento para eliminar dichos sabores y olores antes del
tratamiento completo. Sin embargo, es en Europa, especialmente en Alemania,
Francia y Suiza, donde se utilizó más ampliamente, alcanzando un pico entre 1975 y 1980.
EL DIÓXIDO DE CLORO ES UN DESINFECTANTE
El dióxido de cloro también tiene el potencial de producir subproductos de desinfección, especialmente clorato y clorito, por lo que su uso debe restringirse a aguas crudas con bajo contenido de carbono orgánico total (TOC), que minimiza la demanda de oxidantes para que se puedan usar dosis bajas. El dióxido de cloro no reacciona con el amoníaco, reduciendo la dosis de desinfectante requerida en comparación con el cloro libre. Sin embargo, en la década de 1980 surgieron problemas de salud con el ion clorito y el dióxido de cloro, lo que dio lugar a que la Organización Mundial de la Salud (WHO, World Health Organization) estableciera nuevas pautas en 1993, seguidas por la USEPA United States Environmental Protection Agency) que establecía nuevos niveles máximos de contaminantes de 1.0 mg/L para clorito y un nivel máximo de desinfectante residual de 0.8 mg/L para dióxido de cloro (cuadro6).
En resumen, las características que hacen del dióxido de cloro un desinfectante ideal para la higienización de las aguas en las explotaciones ganaderas e industria textil son:
►Amplio espectro y alto poder biocida.
►Acción muy selectiva lo que posibilita su uso a dosis muy bajas.
►Activo en presencia de materia orgánica.
►Alta eficacia frente a biofilm.
►Actividad en un amplio rango de pH (4-9).
PROPIEDADES DEL DIOXIDO DE CLORO:
El dióxido de cloro es un gas de color verde amarillento con un peso molecular de 67,46. Es estable y sumamente soluble en soluciones acuosas de hasta 20 g/l.
Además de sus propiedades biocidas, el dióxido de cloro mejora la calidad del agua potable, es decir, neutraliza olores, remueve el color y oxida al hierro y al manganeso. Una de las propiedades más interesantes del dióxido de cloro es su eficacia biocida en un amplio rango de pH de 3 a 9.
El dióxido de cloro es sensible a la luz ultravioleta (Junli y otros, 1997) y su capacidad de oxidación se incrementa con la acidez.
ClO2+ 4H++ 5e = Cl-+ 2H2O
Debido a que el dióxido de cloro existe como un gas inestable, el producto no puede comprimirse ni distribuirse en cilindros como el cloro gaseoso.El dióxido de cloro debe producirse in situ mediante el uso de un generador mecánico. Comúnmente se genera mediante la reacción de clorito de sodio con cloro gaseoso (sistema de 2 compuestos químicos) o mediante la reacción de clorito de 5 sodio con hipoclorito de sodio y ácido clorhídrico (sistema de 3 compuestos químicos).
Proceso de generación del dióxido de cloro con dos compuestos químicos
2NaClO2 + Cl2 = 2ClO2 + 2NaCl
5NaClO2 + 4HCI = 4ClO2 + 2H2O + 5NaCl
Proceso de generación del dióxido de cloro con tres compuestos químicos
NaOCl + 2HCI = Cl2 + NaCl + H2O
2NaClO2 + Cl2= 2Cl02 + 2NaCl
Red - 2NaClO2 + NaOCl + 2HCI = 2ClO2 + 3NaCl + H2O
El dióxido de cloro tiene varios efectos físicoquímicos sobre los constituyentes que generalmente se encuentran en el agua. Estos efectos se resumen en el siguiente cuadro.
USO EN EN TRATAMIENTO DEL AGUA:
El dióxido de cloro es muy útil para el tratamiento del agua potable. Mientras los desinfectantes de cloro reaccionan con diversas sustancias mediante la oxidación y sustitución electrofílica, el dióxido de cloro sólo reacciona mediante la oxidación (Aieta y Berg, 1986). Como resultado de ello, el uso de dióxido de cloro puede disminuir la formación de trihalometanos -THM en el agua tratada. Cuando se producen niveles más altos de THM en las aguas tratadas con dióxido de cloro, esto a menudo se debe a problemas en los generadores de dióxido de cloro, generalmente un exceso en el suministro de cloro (Anderson y otros, 1982). Con el tiempo se produce cloroformo en los sistemas de distribución, donde el agua puede permanecer muchos días (figura 1).
Formación de cloroformo según tipo de desinfectante
En
los Estados Unidos, el dióxido de cloro (ClO2) fue usado por primera vez como
desinfectante del agua potable hace 50 años. El primer uso reportado fue en
1944 en una planta de tratamiento de agua en Niagara Falls, Nueva York (Aieta y
Berg,1986). Desde entonces, el uso del dióxido de cloro se ha ampliado a otras
aplicaciones, incluido el tratamiento del agua para usos industriales y para el
procesamiento de alimentos.
El
hipoclorito de sodio, las cloraminas, el dióxido de cloro y el ozono son,
actualmente, los desinfectantes más usados en sistemas municipales de agua
potable. Según una encuesta reciente de la American Water Works Association
(AWWA–Skadsen, 1998), el dióxido de cloro ocupa un alejado tercer lugar en los
Estados Unidos. Los siguientes cuadros examinan el dióxido de cloro como un
desinfectante primario y secundario. Los datos demuestran que el dióxido de cloro
se usa principalmente como desinfectante y oxidante primario (cuadros 1 y 2).
En
Europa, el ClO2 se usa en mayor medida como desinfectante secundario. Una
encuesta en las plantas de tratamiento de agua de Alemania (cuadro 3) refleja
que la mayoría de plantas desinfectan con hipoclorito de sodio, seguido de
cloro y luego del dióxido de cloro (Haberer, 1994a).
QUÍMICA DEL DIÓXIDO DE CLORO (DESINFECTANTE):
La desinfección con dióxido de cloro se produce por oxidación, reduciéndose a clorito. Esto implica un mecanismo de transferencia de electrones único que lo hace altamente selectivo como oxidante.
El clorito que se forma es menos reactivo y, por lo tanto, la segunda reacción donde gana cuatro electrones para formar cloruro para completar la reacción de desinfección no ocurre tan fácilmente.
Durante la desinfección con dióxido de cloro, los principales productos finales de la reacción son clorito, que constituye entre 50 y 70%, con clorato y cloruro que constituyen el resto.
Otras reacciones que involucran clorato también tienen lugar:
El dióxido de cloro se genera usando clorito de sodio (NaClO2) o clorato de sodio (NaClO3), el primero se usa generalmente en plantas de tratamiento de agua. Mientras que este último se usa principalmente para la generación de dióxido de cloro en la industria de la pulpa y el papel.
El dióxido de cloro es un desinfectante más potente que el cloro y la cloramina. El ozono tiene mayores efectos microbicidas, pero una capacidad de desinfección residual limitada. La investigación reciente en los Estados Unidos y Canadá demuestra que el dióxido de cloro destruye enterorvirus, E. coli y amebas y es efectivo contra los quistes de Cryptosporidium (Finch y otros, 1997).
El dióxido de cloro existe en el agua como ClO2 (poca o ninguna disociación) y, por lo tanto, puede pasar a través de las membranas celulares de las bacterias y destruirlas (Junli y otros, 1997b). El efecto que tiene sobre los virus incluye su adsorbción y penetración en la capa proteica de la cápside viral y su reacción con el RNA del virus. Como resultado, se daña la capacidad genética del virus (Junli y otros, 1997a).
Inactivación de virus in vitro
En este resumen, el término clorito se usa para referirse al ión de clorito, el cual es soluble en agua. El ión de clorito se puede combinar con iones de metales para formar sales sólidas (por ejemplo, clorito de sodio). El clorito de sodio se disuelve en agua y forma iones de clorito y de sodio. Más del 80% del clorito (en la forma de clorito de sodio) se usa para manufacturar dióxido de cloro para desinfectar agua potable. El clorito de sodio también se usa como desinfectante para matar gérmenes.
En este resumen, el
término clorito se usa para referirse al ión de clorito, el cual es soluble en
agua. El ión de clorito se puede combinar con iones de metales para formar
sales sólidas (por ejemplo, clorito de sodio). El clorito de sodio se disuelve
en
agua y forma iones de
clorito y de sodio. Más del 80% del clorito (en la forma de clorito de sodio)
se usa para manufacturar dióxido de cloro para desinfectar agua potable. El
clorito de sodio también se usa como desinfectante para matar gérmenes.
PREGUNTAS POR RESPONDER:
¿Qué les
sucede al dióxido de cloro y al clorito cuando entran al medio ambiente?
El dióxido de cloro es un compuesto muy reactivo. En el aire, la luz
solar rápidamente rompe las moléculas de dióxido de cloro y forma cloro gaseoso
y oxígeno. En el agua, el dióxido de cloro reacciona rápidamente y forma iones
de clorito. Cuando el dióxido de cloro reacciona con compuestos orgánicos
disueltos en el agua de las plantas de tratamiento de agua potable, se forman
productos secundarios de desinfección tales como iones de clorito y de clorato.
Al igual que el dióxido de cloro, el clorito es muy reactivo. Debido a
que el clorito es un compuesto iónico, se encontrará principalmente en el agua.
Los iones de clorito se mueven fácilmente en el agua y se pueden desplazar hacia
el agua subterránea. Sin embargo, la reacción de los iones de clorito con
suelos y sedimentos puede reducir la cantidad de iones de clorito que llega al
agua subterránea.
Iones y sales
formados a partir del dióxido cloro en el aire y agua
¿Cómo podría yo estar
expuesto al dióxido de cloro y al clorito?
El dióxido de cloro se añade al agua potable para proteger al público de
bacterias y otros microorganismos perjudiciales. La mayoría de la gente se
expondrá al dióxido de cloro y a sus productos secundarios de desinfección (los
iones de clorito) cuando tomen agua tratada con dióxido de cloro. La EPA ha
establecido una concentración máxima permitida en agua potable de 0.8 miligramos
de dióxido de cloro por litro de agua (mg/L) y 1.0 mg/L del ión de clorito. Sin
embargo, la concentración de dióxido de cloro y de clorito iónico en el agua
potable que usted bebe puede ser mayor o menor que estos niveles.
¿Cómo pueden el dióxido de
cloro y el clorito entrar y abandonar mi cuerpo?
El dióxido de cloro y el clorito usualmente entran al cuerpo cuando la
gente toma agua que ha sido desinfectada con dióxido de cloro. Debido a que el
dióxido de cloro se descompone rápidamente en el aire formando cloro gaseoso y
oxígeno, es improbable que usted respire niveles peligrosos de dióxido de
cloro. Sin embargo, si usted respira dióxido de cloro, esta sustancia podría
ser absorbida a través de los pulmones. Es improbable encontrar clorito en el
aire que usted respira. No se sabe si es posible absorber dióxido de cloro o
clorito a través de la piel.
El dióxido de cloro y el clorito actúan rápidamente cuando entran al
cuerpo. El dióxido de cloro se transforma rápidamente a iones de clorito, los
cuales se descomponen hasta convertirse en iones de cloruro. En el cuerpo,
estos iones son utilizados en muchos procesos normales. Algunos iones de
cloruro abandonan el cuerpo, principalmente en la orina, en cuestión de horas o
días. La mayoría del clorito que no se descompone también abandona el cuerpo en
la orina unos cuantos días luego de la exposición al dióxido de cloro o al
clorito.
¿Cómo pueden el dióxido de cloro y el clorito
afectar mi salud?
Los científicos en la actualidad usan una variedad de pruebas para
proteger al público de los efectos perjudiciales de sustancias químicas tóxicas
y para encontrar maneras para tratar a personas que han sido afectadas.
Una manera para determinar si una sustancia química perjudicará a una persona es averiguar como el cuerpo absorbe, usa y libera la sustancia. En el caso de ciertas sustancias químicas puede ser necesario experimentar en animales. La experimentación en animales puede ayudar a identificar problemas de salud tales como cáncer o defectos de nacimiento. Sin el uso de animales de laboratorio, los científicos perderían un método importante para tomar decisiones apropiadas para proteger la salud pública. Los científicos tienen la responsabilidad de tratar a los animales de investigación con cuidado y compasión. Los científicos deben adherirse a estrictos reglamentos para el cuidado de los animales porque actualmente hay leyes que protegen el bienestar de los animales de investigación.
El dióxido de cloro y el clorito reaccionan rápidamente en el agua y los
tejidos húmedos del cuerpo. Si usted respirara aire que contiene dióxido de
cloro gaseoso, podría sufrir irritación de la nariz, la garganta y los
pulmones. Si usted tragara grandes cantidades de dióxido de cloro o clorito,
podría sufrir irritación de la boca, el esófago o el estómago. La mayoría de
las personas no se expondrán al dióxido de cloro o al clorito en cantidades
suficientemente altas como para causar daño en otras partes del cuerpo. Sin
embargo, si usted se expone a cantidades muy altas de dióxido de cloro o
clorito, podría sufrir falta del aliento y otros problemas respiratorios debido
al daño que causan estas sustancias a la capacidad de la sangre para
transportar oxígeno a través del cuerpo.
Estudios con animales expuestos al dióxido de cloro y clorito han
demostrado efectos similares a los observados en personas expuestas a
cantidades muy altas de estas sustancias. Además, la exposición de animales a
niveles altos de dióxido de cloro y clorito antes del nacimiento y en las
etapas tempranas del desarrollo luego del nacimiento puede causar retrasos en
el desarrollo del cerebro. Los niveles a los que se expusieron los animales
afectados fueron mucho más altos que los niveles que probablemente se
encuentren en agua potable que ha sido desinfectada con dióxido de cloro.
Mas del 30% de tratados con Dióxido de cloro intoxicados
El dióxido de cloro se comporta como un agente oxidante (es decir, arranca electrones a otras moléculas), lo que le permite oxidar cualquier tipo de compuesto orgánico, desde virus y bacterias hasta proteínas, de ahí su uso frecuente para potabilizar agua o algunas superficies.
Lo peligroso es que cuando una persona lo consume, el CIO2 puede oxidar también a la hemoglobina. Esto quiere decir que convierte el hierro en estado ferroso (Fe2+) de la hemoglobina normal a hierro en estado férrico (Fe3+) formando metahemoglobina.
La metahemoglobina es una forma oxidada de hemoglobina que es incapaz de transportar el oxígeno en la sangre y, en consecuencia, de liberarlo de manera efectiva en los tejidos del cuerpo, por lo cual impide la oxigenación del organismo.
Además, la metahemoglobina puede absorber longitudes de onda parecidos a los de la hemoglobina y la oxihemoglobina, dependiendo de su concentración, por lo cual puede propiciar lecturas erróneas en los oxímetros. Por eso, los altos niveles de metahemoglobina podrían interpretarse como una mayor cantidad de oxígeno en la sangre, pero no necesariamente significan que el cuerpo esté mejor oxigenado.
El consumo de CDS da malas lecturas con el oxímetro
Los altos niveles de metahemoglobina puede generar HIPOXIA:
Según los estudios más recientes se requieren pequeñas cantidades de metahemoglobina para inducir problemas respiratorios (>5% del total en sangre).
En 2015, fue reportado el primer caso de un niño con metahemoglobinemia (altos niveles de metahemoglobina) después de ingerir accidentalmente dióxido de cloro. “El paciente tenía hipoxia profunda, no respondía a la oxigenoterapia y requería intubación endotraqueal para mantener un nivel de oxígeno normal”, refieren los autores en su artículo.
En otro reporte de caso, una persona que trató de suicidarse e ingirió menos de 100 ml de una solución de clorito de sodio al 28%, tuvo un 40% de metahemoglobina en sangre, por lo que requirió trasplante renal y transfusiones para salvar su vida.
Por estas razones, los especialistas concluyen que el dióxido de cloro no solo no oxigena el cuerpo, sino que incluso en pequeñas dosis puede provocar baja capacidad de oxigenación de tejidos, situación que puede poner en riesgo la vida de las personas.
“Las concentraciones típicas (de dióxido de cloro) que la gente está ingiriendo están entre los 20 y 40 ppm (20 y 40 mg/litro de solución). Son relativamente altas, aunque las vayan ingiriendo a sorbitos, poco a poco. En aproximadamente una hora, el dióxido de cloro (transformado en ion clorito) puede llegar a oxidar un porcentaje significativo de la hemoglobina en sangre, produciendo metahemoglobinemia, entre otros problemas, tales como quemaduras en el esófago y alteraciones sanguíneas”, concluye el investigador Méndez Rojas.
EL DIÓXIDO DE CLORO NO OXIGENA LA SANGRE:
Se dice que el dióxido de cloro puede curar y prevenir el COVID-19 porque aumenta los niveles de oxígeno en la sangre. Sin embargo, expertos en la salud advierten que esto es falso y que, por el contrario, esta sustancia puede oxidar la hemoglobina y desencadenar problemas más graves de hipoxia.
Como funciona el dioxido de cloro
LA MOLÉCULA DE DIÓXIDO DE CLORO NO SE DISOCIA:
La explicación de la supuesta acción oxigenadora del dióxido de cloro es que su molécula, compuesta por un cloro y dos oxígenos, se disocia (se separa), lo cual propicia que se libere oxígeno en el organismo. Esto, en realidad, es falso.
“Aunque la fórmula del ClO2 pareciera sugerir que la molécula está compuesta por un cloro y dos oxígenos que se pueden separar de forma simple, no es así”, explica Miguel Ángel Méndez Rojas, profesor e investigador del Departamento de Ciencias Químico-Biológicas de la Universidad de las Américas Puebla.
El investigador explica que “a diferencia de compuestos iónicos como el cloruro de sodio (NaCl) en donde la interacción entre el sodio (Na+) y el cloruro (Cl-) se da a partir de fuerzas electrostáticas, el dióxido de cloro es una molécula con interacciones covalentes entre sus átomos, lo que incrementa su estabilidad”, y hace que el enlace sea difícil de romper (no se disocia en agua).
Lo que sí ocurre es que el ClO2, en un medio ácido, se descompone principalmente en ion clorito (ClO2-), un agente oxidante que puede transformarse por reducciones sucesivas en ácido cloroso (HClO₂), ion clorato (ClO4-), ion cloruro (Cl-) y agua (H2O).
ALGUNOS DATOS RELEVANTES:
El dióxido de cloro es soluble en agua, y es capaz de penetrar membranas celulares e inactivar microorganismos. Su reactividad va depender, como casi todo, del pH. Al contrario del gas cloro que sufre hidrólisis en el agua (pH ≥ 6), el dióxido de cloro no hidroliza, incluso en altas concentraciones, puede permanecer disuelto en agua entre pH 4 – 10.
Por otro lado, en bajas concentraciones también es relativamente estable en sistemas cerrados y en la oscuridad.
La
inactivación de los microorganismos puede ocurrir a través de:
i) Reacciones con la membrana celular, aumentando la
permeabilidad y consecuente daño fisiológico.
ii) Interferencia en la biosíntesis y en el
crecimiento, principalmente por daño a la síntesis de proteínas.
El
dióxido de cloro reacciona rápidamente con los
aminoácidos cisteína, triptófano y tirosina, PERO NO REACCIONA CON EL ARN DE LOS
VIRUS.
¡NO CONSUMAS DIÓXIDO DE CLORO
PSEUDO ESTUDIO DEL DIÓXIDO DE CLORO:
¿Qué sabemos sobre el supuesto ensayo realizado en Ecuador que afirma que la solución de Dióxido de cloro-CDS, cura el coronavirus?
Un supuesto ensayo realizado en Ecuador que afirma que el dióxido de cloro o CDS es “una alternativa efectiva” para el tratamiento de la COVID-19. Este documento: ►No ha sido sometido a ninguna revisión cientifica y tiene múltiples limitaciones, ►No todos los participantes han sido diagnosticados de COVID-19,
►No hay grupo de control,
►No hay pruebas para confirmar que están curados y
►Las afirmaciones sobre las propiedades del CDS no se justifican.
Además, consumir esta sustancia puede ser peligroso y se ha demostrado con las múltiples denuncias sobre intoxicación, quemaduras y hasta muerte por este desinfectante.
El supuesto ensayo que está circulando en redes sociales ha sido realizado por la Asociación Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa (Aememi) entre entre el 27 de marzo y el 10 de abril en Guayaquil, Ecuador; ¡Es decir en solo 14 días!, cuando un estudio de esta naturaleza dura entre 3 a 6 meses.
Estas personas tienen entre 18 y 80 años y el grupo incluye "pruebas positivas para COVID-19, sintomáticos respiratorios para la enfermedad, así como individuos que tuvieron contacto con personas infectadas". Es decir, que entre los voluntarios habría distintas situaciones clínicas, algunas de ellas sin confirmar una infección de Coronavirus por prueba molecular. Los propios médicos de la Aememi (los que han llevado a cabo el ensayo) se encuentran entre los participantes; es decir existe un vergonzoso sesgo a favor de dicho estudio,lo que echa por tierra los "resultados".
A esas personas se les ha suministrado dióxido de cloro o CDS. Como ya hemoos explicamos anteriormente, el supuesto mecanismo de acción es el siguiente: el clorito de sodio se diluye en agua y se mezcla con un ácido suave (limón, o vinagre, por ejemplo), lo cual termina generando un gas, llamado dióxido de cloro o CDS, que tiene, según sus defensores, un potente efecto desinfectante que destruye todas las bacterias y patógenos, protege las células y refuerza el sistema inmunitario.
Pero estas pruebas tienen graves fallos metodológicos que impiden considerar este supuesto ensayo como una evidencia científica sólida.
Para empezar, no existe una comparación con otro tratamiento o con un grupo de control no tratado que permita sacar la conclusión de que se recuperan mejor los expuestos al CDS, como señala la Sociedad Española de Microbiología: por lo que sabemos, “se hubieran recuperado, como poco, igual si no les hubieran dado supuestas microdosis del gas tóxico”.
La Sociedad Española de Microbiología destaca que el supuesto ensayo simplemente registra la evolución de una serie de pacientes y contactos escogidos de forma “un tanto arbitraria”. “Todos ellos han sido ‘tratados’ con la droga milagrosa y el estudio se limita a describir los síntomas”, afirma.
Entre las limitaciones, González del Castillo también subraya, que no se detalla información acerca de los días de síntomas que presentan los pacientes cuando empieza el análisis, su comorbilidad (que sufran otros trastornos además del principal, en este caso COVID-19) y el método diagnóstico utilizado. Tampoco se ha realizado una estratificación del riesgo de los pacientes, “lo que determina la necesidad de tratarlo o no”. Es más, la mayoría de las personas que han participado están por debajo de los 50 años, “donde la mortalidad es muy escasa”.
Alfredo Corell, profesor de Inmunología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid y miembro de la Sociedad Española de Inmunología, indica a que en el documento no se indica claramente qué se le administra a cada persona y el periodo en el que se les aplica el tratamiento es “variable y difuso”. Tampoco queda claro al número exacto de personas a las que les han hecho análisis auxiliares de control u otras pruebas.
De hecho, en el documento se afirma que “la mayor parte de los pacientes incorporados en el estudio son de bajos recursos económicos y no cuentan con medios económicos para la realización de las pruebas confirmatorias ni de evolución”. Es decir, que no hay pruebas para confirmar objetivamente que se hayan recuperado de la enfermedad (que en algunos participantes ni siquiera está claro que sufiresen, como ya hemos explicado).
El supuesto ensayo ha sido realizado por la Asociación Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa (Aememi). Corell indica que “medicina integrativa” es el nombre que se ha generalizado para rebautizar a las “medicinas alternativas" homeopatía, acupuntura, Flores de Bach, Sinergética, Sanación Pránica, Reiki, Biomagnetismo, Ayurveda, Terapia Neural. Es decir, en tratamientos que carecen de evidencia científica, e intentar esquivar el etiquetado de pseudociencias y pseudoterapias (es decir, las terapias que no cuentan con una evidencia científica que avale su eficacia).
No fue publicado en una revista científica ni sometido a alguna revisión:
El documento no ha sido publicado en una revista científica ni ha sido sometido a ninguna revisión por expertos en la materia. Ha sido publicado en Lbry, una plataforma descentralizada que afirma ser propiedad de sus usuarios. “Los estudios de investigación en medicina se publican en revistas científicas que lo someten a revisión, al menos por pares, para la evaluación de su trascendencia e idoneidad, determinando finalmente la conveniencia de su publicación. Esta es la ruta que debe seguir la evidencia”, cuenta González del Castillo.
Un acta notarial firmada científicamente no significa nada
Lo más importante es que no hay evidencias de que sirva para algo el dioxido de cloro, que no sea desinfectar. No es lejía porque la lejía es hipoclorito sódico, aunque los mecanismos de acción a la hora de la desinfección son similares en ambos productos.
El mensaje que hay que mandar es que ninguna de las acciones que describen los anuncios que lo publicitan en Internet tiene base científica. Esos anuncios se centran en narrar anécdotas. Por ejemplo, dicen que a una persona le diagnosticaron un cáncer incurable y de repente se recuperó. En ese caso, yo como científico lo primero que pensaría es que el diagnóstico primero no estaba bien hecho. Pero es que además no podemos hacer ciencia con las anécdotas. Para darle validez a esos casos que cuentan tendría que haber estudios que demostraran que, incluso en el caso de que hubieran ocurrido, no se ha debido al efecto placebo. Y no hay ni un solo estudio al respecto porque no existe una base científica inicial que haga pensar que va a ser activo a ninguno de esos niveles.
Sobre las referencias a que hay que consumirlo el dióxido de cloro en microdosis, me recuerda un poco a la base de la homeopatía y hoy en día la homeopatía está totalmente rechazada en Europa porque no hay evidencias de que sirva para algo. No hay ninguna evidencia científica que demuestre que sirve para curar algo el dióxido de cloro. En el caso del dióxido de cloro en microdosis, yo creo que lo que están vendiendo es agua potable. Una estafa al fin y al cabo.
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