LA GRIPE NO TIENE CURA
LA GRIPE NO TIENE CURA
AGENTE CAUSAL:
La gripe está causada por un grupo de virus llamados virus de la gripe o de la influenza, de los que existen tres tipos A, B, y C.
La mayor parte de las epidemias de gripe se deben al virus de la gripe tipo A, mientras que el tipo B produce epidemias menos extensas y enfermedad más leve, y el tipo C causa muy raramente enfermedad.
Los virus de la gripe A se dividen en subtipos, según las proteínas de su superficie (La Hemaglutinina (H) y La Neuraminidasa (NA)). Actualmente, los subtipos circulantes son los virus de la gripe A(H1N1) o mas conocido como Gripe Porcina, y A(H3N2), con un predominio del subtipo A(H3) en Canadá, México y los Estados Unidos. Hay 18 tipos de H y 11 tipos de NA, lo que origina 198 combinaciones posibles, aunque sólo unas pocas son patógenas para el ser humano.
El virus de la gripe se transmite de persona a persona, habitualmente a través de las secreciones respiratorias, por la tos y el estornudo.
La gripe es una enfermedad infecciosa aguda, que afecta al aparato respiratorio y produce también una serie de síntomas generales característicos. Suele aparecer en brotes u oleadas, varias a lo largo de cada invierno, y es una enfermedad de distribución mundial.
Aunque habitualmente se trata de una enfermedad auto-limitada y leve, puede adquirir mayor gravedad, y ser incluso mortal en pacientes ancianos o con enfermedades crónicas, respiratorias, cardíacas u otras.
PANDEMIAS:
PANDEMIAS:
Las Pandemias ( enfermedad epidémica que se trasmite en varios países) son mucho menos comunes. Hasta 2013 se han registrado 6 grandes Pandemias, en general llamadas según el lugar donde supuestamente se originaron:
Los virus de la influenza pueden diseminarse a través de partículas que se dispersan por el aire, el contacto interpersonal o con objetos contaminados. La diseminación aérea parece ser el mecanismo más importante.
SIGNOS Y SÍNTOMAS:
El período de incubación oscila entre 1 y 4 días, con un promedio de alrededor de 48 horas. Cuando la enfermedad es leve, muchos síntomas son similares a los de un resfriado común (por ejemplo: odinofagia- dolor de garganta-, rinorrea), aunque también puede desarrollarse conjuntivitis leve.
La gripe típica en adultos se manifiesta con escalofríos, fiebre, postración, tos y dolores generalizados (en especial, en la espalda y las piernas) de comienzo súbito. La cefalea es prominente y a menudo se asocia con fotofobia y dolor retrobulbar.
Los síntomas respiratorios pueden ser leves al comienzo de la enfermedad, con irritación faríngea, sensación de ardor subesternal, tos no productiva y a veces rinitis. Más adelante predominan los síntomas de las vías respiratorias inferiores y la tos puede ser persistente, áspera y productiva.
Pueden aparecer síntomas gastrointestinales, que fueron más frecuentes en la pandemia de 2009 por la cepa H1N1. Los niños pueden experimentar náuseas intensas, vómitos o dolor abdominal, y los lactantes pueden presentar un síndrome semejante a una sepsis.
Después de 2 o 3 días, los síntomas agudos desaparecen rápidamente, aunque la fiebre puede durar hasta 5 días. La tos, la debilidad, la sudoración y el cansancio pueden persistir varios días o, en ocasiones, incluso semanas.
En los pacientes con signos y síntomas correspondientes a las vías respiratorias inferiores (por ejemplo: disnea, estertores auscultados durante un examen pulmonar), debe solicitarse oximetría de pulso para detectar hipoxemia y radiografía de tórax para identificar neumonía. La neumonía primaria por gripe se manifiesta con infiltrados localizados o generalizados o con un síndrome de dificultad respiratoria aguda. La neumonía bacteriana secundaria tiene más probabilidades de ser lobular o segmentaria.
DIAGNOSTICO:
El diagnóstico suele basarse en la evaluación clínica en pacientes con un síndrome típico que viven en una comunidad donde se presentaron casos similares. Si bien se cuenta con numerosas pruebas de diagnóstico rápidas, y la mayoría tiene buena especificidad, sus sensibilidades varían mucho y no suelen modificar demasiado el tratamiento del paciente.
Deben solicitarse pruebas de diagnóstico cuando sus resultados puedan afectar la toma de decisiones clínicas. Los ensayos con transcriptasa inversa-PCR (RT-PCR) son sensibles y específicos y pueden distinguir los tipos y los subtipos de virus de la gripe. Si se tiene acceso a la prueba con facilidad, sus resultados pueden emplearse para seleccionar la terapia antiviral apropiada.
Estos estudios también son útiles para determinar si un brote de enfermedad respiratoria se debe al virus de la gripe. El cultivo celular de hisopados o aspirados nasofaríngeos tarda varios días y no influye sobre el tratamiento del paciente.
IFI O IFD:
La InmunoFluorescencia-IF se basa en la detección de proteínas virales de la gripe en la
célula huésped. Su principal ventaja es la rapidez, pero precisa equipo y
entrenamiento. Utiliza anticuerpos marcados con fluoresceína que pueden
ser observados por microscopía con luz fluorescente. Es menos sensible que el aislamiento viral
o la PCR y se ve afectada por la calidad de la muestra. La IF directa-IFD ha
demostrado ser superior a la IF indirecta-IFI.
TIPOS DE INMUNO FLUORESCENCIA
VIRUS DE LA GRIPE
PANEL DIAGNOSTICO VIRUS GRIPE POR IFI
DIAGNOSTICO MAS COMPLEJOS Y DE ALTO COSTO
TRATAMIENTO:
El virus de la gripe una vez que invade nuestro organismo se hospeda dentro de nuestras células, por lo que nos resulta imposible de poder eliminarlo por algún medicamento.
El zanamivir y el oseltamivir forman parte de un grupo de medicamentos antivíricos llamados “inhibidores de la neuraminidasa”. Cuando un virus infecta el organismo de una persona, se multiplica dentro de las células. Estos medicamentos inhiben una proteína llamada “neuramidasa”. De esa forma, se impide que el virus se libere desde células infectadas y así se reduce la reproducción del virus dentro del organismo.
En la mayoría de los pacientes, el tratamiento es sintomático y consiste en reposo, hidratación y antipiréticos a demanda, aunque deben evitarse las aspirinas en ≤ 18 años. Las infecciones bacterianas que complican la gripe deben tratarse con antibióticos apropiados.
Fármacos contra la gripe
La administración de antivirales el primer y el segundo día de la enfermedad clínica disminuye la duración de la fiebre y la gravedad de los síntomas y acelera el retorno a la actividad normal. En los pacientes con riesgo elevado que desarrollan síntomas compatibles con gripe, se recomienda el tratamiento con antivirales; esta recomiendación se basa en datos que sugieren que el tratamiento temprano puede prevenir las complicaciones en estos pacientes.
Los fármacos antigripales son los siguientes:
Los inhibidores de la neuraminidasa interfieren sobre la liberación del virus de la gripe de las células infectadas y, de esta manera, detienen la diseminación de la infección.
Los adamantanos bloquean el canal iónico M2, lo que interfiere sobre la desenvoltura viral dentro de la célula. Estos fármacos sólo son eficaces contra los virus de la gripe tipo A (los virus tipo B carecen de la proteína M2).
La elección del fármaco antiviral se complica debido a la resistencia de los diferentes tipos y subtipos de virus de la gripe a los diversos medicamentos (ver Sensibilidades de las diversas cepas del virus de la gripe a los fármacos). Si puede realizarse una prueba con RT-PCR, los resultados pueden ser útiles para dirigir el tratamiento. Si la RT-PCR no está disponible, puede indicarse tratamiento con zanamivir aislado o con rimantadina y oseltamivir.
PREVENCIÓN:
Según las recomendaciones de la OMS y de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), las vacunas se modifican todos los años para incluir las cepas más prevalentes (en general, 2 cepas del virus de la gripe tipo A y 1 o 2 cepas del tipo B). A veces se utilizan vacunas ligeramente diferentes en los hemisferios norte y sur. Cuando la vacuna contiene la misma NA y HA que las cepas prevalentes en la comunidad, reduce entre 70 y 90% de las infecciones en adultos sanos. En los ancianos que viven en instituciones, las vacunas son menos eficaces para la prevención pero reducen entre 60 y 80% la incidencia de neumonía y la tasa de mortalidad. La inmunidad inducida por la vacuna desciende como resultado de la deriva antigénica y no funciona en presencia de cambios antigénicos mayores.
Hay dos tipos básicos de vacunas:
NOTA: para la temporada de gripe 2017-2018, los CDC no recomiendan LAIV para ninguna población.
La MIV se administra por vía intramuscular. Las vacunas trivalentes están siendo reemplazadas gradualmente por vacunas tetravalentes que cubren una cepa del virus B adicional. Se dispone de una vacuna libre de proteínas de huevo (RIV3) para pacientes de 18 a 49 años que tengan cualquier grado de alergia al huevo. Hay disponible una vacuna trivalente de alta dosis para pacientes ≥ 65 años, pero todavía se está estudiando su eficacia. Para todas las MIV, los pacientes de entre 6 y 35 meses deben recibir 0,25 mL y los ≥ 3 años, 0,5 mL. Los efectos adversos suelen consistir en dolor leve en el sitio de la inyección, que no dura más de unos pocos días. La fiebre, las mialgias y otros síntomas sistémicos son inusuales. Las ampollas multidosis contienen timerosal, un conservante a base de mercurio. Las preocupaciones del público acerca de una posible relación entre el timerosal y el autismo han resultado infundadas (ver Movimiento antivacunación : Timerosal y autismo); sin embargo se dispone de ampollas con una sola dosis, libres de timerosal.
LAIV se administra por vía intranasal a una dosis de 0,25 mL en cada orificio nasal. Se puede usar en personas sanas de 2 a 49 años. Esta vacuna no se recomienda para pacientes con riesgo elevado, mujeres embarazadas, contactos de pacientes con inmunodeficiencia grave (p. ej., sometidos a trasplante de células madre hematopoyéticas) o niños que deben recibir aspirina a largo plazo. Además, no se debe administrar hasta 48 horas después de suspender el tratamiento farmacológico de la influenza. Los efectos adversos asociados con esta vacuna son leves y la rinorrea es el más frecuente, aunque también pueden auscultarse sibilancias leves. LAIV no debe administrarse a niños 5 años con enfermedad reactiva de la vía aérea (p. ej., asma, episodios recidivantes o recientes de sibilancias).
Sin embargo, no se recomienda LAIV para ninguna población en la temporada de gripe 2017-2018.
LAIV se administra por vía intranasal adosis de 0,25 mL en cada orificio nasal. Se puede usar en personas sanas de 2 a 49 años. Esta vacuna no se recomienda para pacientes con riesgo elevado, mujeres embarazadas, contactos de pacientes con inmunodeficiencia grave (p. ej., sometidos a trasplante de células madre hematopoyéticas) o niños que deben recibir aspirina a largo plazo. Además, no se debe administrar hasta 48 horas después de suspender el tratamiento farmacológico de la influenza. Los efectos adversos asociados con esta vacuna son leves y la rinorrea es el más frecuente, aunque también pueden auscultarse sibilancias leves. LAIV no debe administrarse a niños 5 años con enfermedad reactiva de la vía aérea (p. ej., asma, episodios recidivantes o recientes de sibilancias).
Los niños < 8 años no vacunados previamente deben recibir una primera dosis de cualquiera de los 2 tipos de vacuna y una dosis de refuerzo un mes más tarde.
El listado completo de vacunas para la temporada 2016-2017 se encuentra disponible en CDC (véase CDC Influenza Vaccines).
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